El pasado viernes 2 de diciembre, la iglesia La Asunción y Santa Rita de El Trigal fue testigo de un emotivo acontecimiento: la celebración de la Primera Comunión de nuestros estudiantes de 4to grado. La ceremonia fue oficiada por el padre Alfredo Fermín, quien guio a los niños en este significativo paso en su camino espiritual.
Por Dayrí Blanco / Fotografías Edicson Leal
La bienvenida a este especial evento estuvo a cargo de Maureen Santos, la coordinadora de la sede Juanito, quien dio inicio a la jornada llena de emoción y espiritualidad. «Hoy nuestros niños reciben a Jesucristo a través de la ostia», expresó Santos, marcando el comienzo de una ceremonia llena de simbolismo y devoción.
La directora de primaria, María Gabriela Segovia de Bustamante, lideró la oración de entrada, presentando a los niños llenos de ilusión que esperaban este momento para recibir a Jesús sacramentado. Con compromiso y amor, enmarcados en la iglesia católica y su colegio, recordaron a San Juan XXIII, a quien dedicaron esta Primera Comunión. Renovaron su fe con la esperanza de contribuir a la reconstrucción del país y alcanzar sus anhelos y sueños.
En la homilía, el padre Alfredo Fermín recordó el aniversario 59 del colegio, agradeciendo a Dios por todas las promociones que han salido, siendo la promoción 53 la protagonista este año.
La misa fue dedicada a aquellos que están en el cielo junto a Dios y a los enfermos, dando gracias por todo el personal directivo, administrativo, profesores y representantes. Pidió a Dios que los sacrificios se vean retribuidos con buenos frutos.
El padre destacó la delicada función que tienen los representantes al formar buenos ciudadanos y buenos cristianos.
Recordó el momento especial de las confesiones de los niños, quienes llenos de ilusión, pero también un poco asustados, reconocieron sus faltas y pecados con humildad y sencillez. El padre Fermín enfatizó que la primera comunión no es el final, sino el comienzo de un compromiso continuo con la fe.
Hizo un llamado a las familias a seguir acompañando a sus hijos en su crecimiento espiritual, llevándolos a la misa para mantener la continuidad de este importante paso, y resaltó la importancia de vivir con respeto hacia Dios, a uno mismo y a los demás, cerrando con la idea de que cada Primera Comunión contagia al mundo de la emoción de los niños y la importancia de crecer espiritualmente juntos.
Para finalizar su homilía pidió a Jesús que intercediera en momentos difíciles de todos los presentes, ya fueran de salud, económicos, emocionales o de luto, reafirmando la importancia de la fe en momentos de adversidad.
La ceremonia contó con el acompañamiento musical de la Coral Juan XXIII, dirigida por el profesor Douglas Montenegro.