Nuestra egresada, Geraldine Botte, fue incorporada como miembro correspondiente internacional de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela. Este reconocimiento, que subraya su notable trayectoria y contribuciones en el campo de la electroquímica, marca un hito importante en su carrera profesional.
Con emoción, Botte expresó «es un honor porque, para ser miembro correspondiente, tiene que haber alguien dentro de la academia que conozca tu trayectoria y que sepa de tu impacto y tu investigación».
La nominación fue realizada por el profesor Benjamín Scharifker, experto en electroquímica en Suramérica, quien conocía su trabajo y presentó su candidatura a la Academia. «Me emocionó muchísimo simplemente saber que estaban considerando mi postulación. Ya eso es un honor», comentó.
Botte es la primera valenciana en ser parte de la Academia, lo que no solo representa un reconocimiento a su labor científica, sino también una oportunidad para fortalecer sus vínculos con Venezuela y contribuir al desarrollo de la ciencia en el país.
«Significa para mí una gran oportunidad de hacer cosas con un impacto para apoyar la ciencia en nuestro país».
Actualmente, es profesora en la Universidad de Texas Tech, en Lubbock, Texas, donde ha estado desde 2019 y ha liderado el Departamento de Ingeniería Química. Durante su tiempo allí, ha trabajado en proyectos significativos, incluido uno financiado por la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, enfocado en resolver el problema global de la producción de alimentos sin dañar el medio ambiente.
«Estamos desarrollando nuevas tecnologías para la producción de fertilizante de manera tal de que podamos proveer comida para el mundo sin impactar el ambiente», explicó.
Recordó con nostalgia sus días en el Colegio Juan XXIII, donde su pasión por la ciencia y la enseñanza comenzó a tomar forma. «Tuve experiencias únicas, por ejemplo, cuando me hice presidente del Centro de Ciencias y ahí explotó esa energía en mí de poderme articular y hablar con el público», recordó. Estas experiencias tempranas fueron fundamentales para su desarrollo profesional y su capacidad de comunicar la ciencia de manera efectiva a diversos públicos.
El proceso de postulación a la Academia incluye la presentación de un trabajo que demuestre la relevancia y el impacto de su investigación. Botte presentó una monografía sobre la electrólisis del amoniaco, una tecnología innovadora basada en una de sus patentes, que aborda desde sus inicios hasta su estado actual y su impacto global. «Cuando otros en el mundo entero citan tus trabajos, eso es ya la confirmación de que estás dejando un legado para el futuro», expresó con orgullo.
Resaltó la importancia de la educación que recibió en el Colegio Juan XXIII y cómo esta ha influido en su carrera. «La educación fue muy integral y me permitió desarrollar habilidades no solo en el laboratorio, sino también en la comunicación de la ciencia”.
El compromiso de Geraldine Botte con la ciencia y la educación, junto con su dedicación a resolver problemas globales, refuerza su legado como una figura inspiradora y un puente entre Venezuela y la comunidad científica internacional. Su incorporación a la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela es un testimonio de su impacto duradero y su dedicación a la excelencia en la investigación científica, y un gran orgullo para todos en el Juan XXIII.