Han sido décadas denominando a la adolescencia como una etapa terrible, llena de malacrianzas, de contestar mal, de mala comunicación ¿Pero qué tal si la vemos como una época de diversión, aprendizaje, de experiencias nuevas, de individualizaciones…?
Con esa reflexión iniciaba la psicólogo Kristina Krause la charla “Un adolescente en casa” realizada, este miércoles, en la sede de bachillerato.
“Cuando un niño cuando llega a la adolescencia y lo único que ha escuchado son esos comentarios, entonces actuarán como nosotros le hemos dicho: serán terribles, contestones y después nos quejamos”, advierte Krause.
¡Tengo un adolescente!
La adolescencia es una fase maravillosa, donde ocurren muchos cambios. A juicio de la especialista, aquí es donde verdaderamente se corta el cordón umbilical con mamá y papá y es donde “nuestros adolescentes” comienzan a construir sus propios criterios, a probar y experimentar.
“Todo lo que saben hasta este punto es porque lo han aprendido de casa y la escuela. Entonces ahora sienten la necesidad de hacer las cosas de otra forma. No es que nos estén llevando la contraria. Ellos tienen derecho a probar sí hay una manera más fácil, mejor o más divertida de hacer las cosas”.
Nuevo cerebro
-Imaginen que antes el cerebro de nuestros niños era una bicicleta y en la adolescencia se transforma en un carro todo terreno.
Durante la adolescencia el cerebro sufre una gran remodelación de la corteza pre frontal, que es la encargada del control de impulsos, criterios, juicios y de la organización.
“Si entendemos cómo funciona el cerebro de un adolescente y nos documentamos al respecto, sabríamos cómo actuar, haciéndolo mucho más divertido y más suave”.
-Quiero decirle a los padres que esta es una etapa de acompañamiento, donde se pueden seguir divirtiendo con sus hijos y pasarla bien.