Es bien sabido que la conducta alimentaria, es en gran parte, fruto del aprendizaje. Y es en el seno del hogar, donde obtenemos la información sobre cómo alimentarnos desde los primeros años de vida.
Los niños aprenden lo que ven. Si en casa las opciones que adquirimos y ofrecemos no son las más adecuadas -quizás por falta de tiempo, practicidad no bien entendida o tendencias extremas muy en boga- es más factible que las opciones preferidas por nuestros hijos, no sean las más beneficiosas para su óptimo crecimiento y desarrollo.
La relación con los alimentos debe ser sana. Aprendida a través del ejemplo de los padres, desde la compra hasta su preparación. Y en estos días de precios y abastecimiento variable se hace imprescindible conocer la versatilidad y las adecuadas combinaciones de alimentos y nutrientes.
5 recomendaciones para la Educación Nutricional
Podemos mencionar cinco recomendaciones sencillas y fáciles de implementar, para colaborar con la Educación Nutricional en familia:
- Comer en familia es un momento de ejemplo, aprendizaje, nutrición de cuerpo y alma. Y marca los recuerdos gustativos y el arraigo. Disfruta la mesa familiar y promueve tradiciones gastronómicas sanas y compartidas con los tuyos.
- La alimentación saludable comienza desde la adecuada selección y compra de los alimentos. En estos días, no es tan sencillo en nuestro país, pero para los más pequeños, las ferias de frutas y verduras, son un sitio excelente para comenzar este aprendizaje. Los olores, el tacto, el aprender a escoger y luego participar activamente cuando sea posible, en la preparación de los alimentos, es una herramienta valiosísima y cultiva el interés por la nutrición basada en buenas decisiones.
- La sana autoestima y la aceptación es fundamental. En la adolescencia, pueden ocurrir cambios en las preferencias, en parte influenciado por las redes sociales, los contemporáneos y la necesidad de aceptación. El paradigma de modelos de adolescentes de medidas perfectas y en ocasiones de alimentación extrema, no es el más recomendable. Trabajar valores de salud alimentaria más que simple estética.
- Recordar ofrecer opciones saludables en las tres comidas principales y las dos meriendas sugeridas. Hay valiosa información en redes sociales. Busquemos las adaptadas a nuestras necesidades, sin imposición de esquemas que no sean factibles de mantener en el tiempo. Opciones sencillas, de productos locales, entendiendo que incorporar cambios saludables es también un proceso de aprendizaje, y varía en tiempo y aceptación en cada individuo.
- Natural y poco procesado es la premisa. Alimentación colorida, variada y compartida adaptándose a las reales posibilidades pero documentándose para hacerla optima y de calidad.
Alimentación como medicina preventiva
En la consulta clínica, hemos aprendido por años y de forma repetida, que muchas enfermedades crónicas no transmisibles como: La Hipertensión arterial, la Diabetes No Insulino dependiente, la enfermedad coronaria y la Dislipidemia, la Obesidad del adolescente o del adulto, entre otras, tienen gran relación con el estilo de vida y la sana alimentación.
En estos casos, la intervención nutricional es más sencilla si desde el hogar, ya se ha aprendido a escoger saludablemente lo que comemos o si hay la firme convicción de modificar hábitos alimentarios que sean necesarios de cambiar para contribuir con la alimentación, entendida, como medicina preventiva o como pilar fundamental del tratamiento de dichas patologías.
“La sana alimentación es necesaria, dinámica, beneficiosa y es un aprendizaje que refleja grandes beneficios para tu grupo familiar. Y la salud, es el tesoro mas preciado”
Dra. María A. La Salle