El legado de don Teodoro Gubaira

Llamado en el argot carabobeño El Roble de Camoruco, y vaya que sí lo fue por el camino transitado en su vida como comerciante, deportista y dirigente de alto valor, en la cual demostró su don de gente no solo en el trato hacia los demás, sino a todos los que se desempeñaban en una u otra disciplina deportiva.

Don Teodoro Gubaira estuvo como director del Instituto Nacional de Deporte en Carabobo por muchos años; cargo que desempeñó en forma ad honoren y con muchos aciertos, para beneplácito no sólo del deporte, sino del desarrollo que tuvo Carabobo en los inicios de los Juegos Nacionales.

Don Teodoro Gubaira ocupó cargos políticos como ser presidente del Concejo Municipal de Valencia, delegado deportivo de Venezuela en Juegos Centroamericanos y panamericanos, lo cual le valió el reconocimiento para ser delegado en los Juegos Olímpicos de México en el año 1968; fundador del IND de Carabobo y desde donde propició construcciones deportivas para Carabobo, como el gimnasio y el velódromo de la Rosarito que lleva su nombre “Don Teodoro Gubaira” y de igual manera el Polideportivo “Misael Delgado” y el Estadio “José Bernardo Pérez” que alberga al glorioso equipo Magallanes de Carabobo.

Formó una familia deportiva entre sus hijos y nietos, quienes realzaron las disciplinas deportivas en las que defendieron al Carabobo deportivo.

Con don Teodoro estábamos en presencia de un hombre culto, honrado, de un trato especial para quienes nos dirigíamos a hablar con él en su negocio de San Blás; allí donde atendía a los clientes que buscaban repuestos para vehículos, atendía también las necesidades del deporte carabobeño.

Apoyaba las ideas de desarrollo deportivo, encontraba soluciones a las peticiones sobre cualquier disciplina deportiva, con su atención siempre había una luz de tranquilidad que daba esperanzas a quienes le expresaban sus inquietudes para formar un deporte de alto rendimiento.

Pronto se cumplirán 30 años de fallecido, y nada más propicio que recordar a una figura de mucha serenidad ante las situaciones difíciles que confrontaba con dirigentes por el estado de su disciplina deportiva.

Camila y Jimena Matos Alvarez, bisnietas de don Teodoro conforman parte de su núcleo familiar que gloriosamente llevan el apellido Gubaira, así como Luciana Herrera hija de Lucio Herrera, nieto amado de don Teodoro y su sucesor en cuando al liderazgo deportivo y comunitario, todas ellas alumnas de nuestro colegio.

Luis Hernández Estrella

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