Un deporte sin voz es un movimiento sin sincronía, que no tiene dolientes; por ello el deporte es voz, es sentimiento, es pasión, y es amor. Esto deviene de la competencia realizada en el municipio San Diego, en el día de hoy, y gracias al trabajo en conjunto entre el receptor, el armador y el atacante, los triunfos llegaron como por arte de magia, para vencer a municipios que tienen 10 o más instituciones públicas y 100 privados.
Yesica, Vanessa, Julia y Emma, son partes del triunfo, porque también apoyaron a los deportistas.