Pensamiento crítico, pensamiento efectivo

By 01/09/2014 Sin categoría No Comments

 

Artículo publicado en la Edición Aniversaria del diario El Carabobeño, 01/09/14

| Doctor en Liderazgo Educativo | José Manuel Bolívar

En el aula audiovisual del Colegio Fiscal Guayaquil, Isla Trinitaria, el barrio más pobre y populoso de la ciudad, encontramos orgullosa y preparada a Lucía, de 17 años, filmando junto a un millón de estudiantes de los mejores colegios oficiales y privados de 140 países de todos los continentes del mundo, su presentación oral de Teoría del Conocimiento: La Mujer Emprendedora en la Era del Conocimiento. Su presentación y la de sus 24 compañeros será enviada y examinada por docentes expertos de Latinoamérica, como parte de la evaluación del Bachillerato Internacional [IB en inglés] ofrecido por su liceo desde hace dos años. En esta asignatura, guiada por su profesor, ha desarrollado habilidades de pensamiento crítico, comunicación efectiva y mentalidad abierta, que le permitirán, al graduarse este año, su ingreso y éxito en la carrera universitaria de su elección, para convertirse en la primera mujer en su familia en obtener un título profesional.

Las sociedades como en India, Corea del Sur, Costa Rica y Ecuador, que han asumido el reto moderno de conformar naciones justas y con igualdad de oportunidades entienden que el elemento esencial para hacerlas realidad es un sistema de educación pública de alta calidad. Estos sistemas cuentan con redes nacionales de instituciones escolares que garantizan al pueblo formación en valores, orientación vocacional, capacidad de emprendimiento global y finalmente el ingreso a carreras universitarias que den acceso y generen empleos de calidad. Estas garantías las ofrecen basándose en una misión y visión clara, una institucionalidad ampliamente aceptada, docentes capacitados y recompensados en los más altos niveles de su profesión, y en estándares académicos internacionales que miden el progreso educativo de la población. En forma resumida, los sistemas de educación pública de calidad y la inversión de recursos que requieren son los principales instrumentos de igualación de los gobiernos que verdaderamente aspiran a reducir las crecientes brechas socioeconómicas y de calidad de vida que han plagado a los países de Latinoamérica.

En la población rural de Zumbahua, a 3 mil 500 metros de altura en los Andes ecuatorianos, un grupo de 10 estudiantes de 16 y 17 años lidera en su proyecto de Creatividad, Acción y Servicio la conformación de unidades de producción agrícola en su comunidad, asesorados por docentes capacitados en el área. Los estudiantes hacen uso de los conocimientos y habilidades adquiridas en la asignatura Empresa y Gestión del Bachillerato Internacional, para ponerlos en acción innovando en forma positiva la actividad económica que sustenta a sus familias y que genera la mayoría de los ingresos de esta comunidad indígena. Este es uno de las decenas de proyectos con impacto social que desarrollan y documentan los estudiantes, con el fin pedagógico de promover los valores de solidaridad y audacia, tanto a nivel individual como comunitario.

Una profesora de Química recibe de un colega venezolano un taller intensivo de 3 días sobre estrategias pedagógicas actuales en la enseñanza de las ciencias experimentales y los estándares de calidad con que serán evaluados sus estudiantes en el IB [Bachillerato Internacional]. A través de las sesiones adquiere y ejercita una diversidad de estrategias que, al llevarlas a sus estudiantes en el aula, representarán el cambio de paradigma que está viviendo el sistema educativo oficial. Junto a ella se encuentran reunidos, en un centro escolar de la capital, Quito, 250 directores y docentes de 25 colegios fiscales provenientes de distintas regiones, en talleres de capacitación en sus respectivas responsabilidades y asignaturas del programa IB. Los talleres, dictados por docentes experimentados de toda Latinoamérica, buscan actualizar y alinear a los equipos administrativos y docentes que darán forma a este innovador proceso educativo en los colegios fiscales alrededor del país, Ecuador.

La visión educativa expuesta, haciéndose realidad en Latinoamérica en los sectores oficiales de Ecuador, Costa Rica y la provincia de Buenos Aires, contiene una clara lección para el futuro de la educación en Venezuela. Educación de calidad para el pueblo puede dejar de ser una consigna reciclada y convertirse en acciones concretas que eleven la formación académica y social de millones de jóvenes a través del sistema público. En este sentido, nuestro país enfrenta serios problemas como la desprofesionalización de las escuelas y los docentes, al incorporar a colectivos sociales a su gestión, el temor a medirnos con estándares internacionales de calidad educativa y la falsa sensación de autonomía por no ver más allá de nuestras fronteras. Todo esto es superable, siempre y cuando nos convenzamos como sociedad de que la masificación de la educación de calidad trasciende a un proyecto político en particular. Que los docentes, su formación y remuneración debe ser prioritaria para el Estado, por encima del estamento y el gasto militar. Que el desarrollo de una economía competitiva mundialmente estará ligada a un sistema educativo con una visión pedagógica global, evaluado consistentemente con parámetros internacionales.

Venezuela comparte con Ecuador y con su sistema de educación oficial muchos males desde hace mas de 30 años: falta de coherencia institucional, ligada a legislaciones, decretos y normativas aisladas, con objetivos poco claros; infraestructura educativa deplorable sin los requisitos mínimos de higiene y pedagogía; altos niveles de embarazo adolescente y deserción escolar. Por encima de esta compleja problemática, la piedra angular de un sistema educativo transformador es la calidad del personal docente: bien preparado, valorado social y económicamente, se convierte en el principal agente de cambio. Programas académicamente exigentes como el IB empujan a todo el sistema a contar con docentes motivados [en Ecuador un docente nuevo pasó de $350 a ganar $900 mensuales] y en continuo desarrollo profesional, lo que permite alcanzar las metas planteadas para ellos, sus alumnos y las instituciones.